Biodiversidad Fúngica

ESTADO FORESTAL

Este apartado está centrado en los Planes de Ordenación Forestales, en conocer la distribución y características dasocráticas y selvícolas de la masa. En este caso se centra en la distribución de la productividad y potencialidad fúngica. Para ello se divide el monte o territorio a gestionar en zonas homogéneas:

  • Por sus condiciones ecológicas.
  • Por las características edáficas, microclimáticas y de vegetación.
  • La evidencia de usos ya existentes.
  • Presencia de especies vegetales, animales y de hongos asociados.
Boletus pinophilus, seta frecuente en los pinares de las estribaciones del Teleno (León).Boletus pinophilus, seta frecuente en los pinares de las estribaciones del Teleno (León).

La división el monte en zonas de productividad fúngica homogénea, pueden coincidir o no con los cuarteles de producción de madera o protección.

Tras haber zonificado el monte para su estudio, es esencial proceder a la estimación de la producción de carpóforos es esencial y debe llevarse a cabo en un intervalo suficiente de años, ya que las variaciones interanuales son muy características de la dinámica productiva de los hongos macromicetos, debido fundamentalmente al efecto de las variaciones climáticas y otros factores ecológicos (Vogt et al., 1992, Straatsma et al., 2001, Martínez, 2003). Esta fuerte variabilidad interanual, que puede llegar a producir cosechas 11 veces mayores en un año que en otro, es un problema añadido, que debe ser muy tenido en cuenta, a la hora de planificar y, sobre todo, cuantificar el aprovechamiento óptimo.

El método empleado en la actualidad para estimaciones de la producción consiste en una serie de parcelas permanentes cuya forma y tamaño según lo recomendado por Kalamees & Silver (1988) y empleadas por Fernández (1994) es de unos 150 m2 valladas con malla cinegética de 2 m de alto para evitar el efecto del ganado y la fauna silvestre, así como la presión de los recolectores.

En el estudio de estas producciones hay que tener presente los efectos que el desarrollo de la masa y las distintas intervenciones sobre la vegetación pueden tener. En el caso de especies micorrícicas, las producciones disminuyen con la edad del arbolado y también se encuentran afectadas por la vegetación arbustiva y la fauna existente. Resultan de gran interés para la planificación del aprovechamiento, los estudios que tratan de cuantificar en qué medida influyen las variables edafo-climáticas y selvícolas sobre la producción.

Dicha influencia puede ser muy diferente dependiendo de la especie fúngica y el periodo productivo de que se trate, por lo que los resultados de algunos trabajos son difícilmente extrapolables. Sin embargo, la investigación de modelos predictivos capaces de explicar la producción de carpóforos, a partir de parámetros del biotopo fácilmente medibles, simplificaría bastante los inventarios disminuyendo los costes de gestión.

Existen por ello modelos que tratan de relacionar la producción fúngica con variables de productividad primaria neta del ecosistema (Pilz et al, 2001) y otros que tratan de relacionar estas producciones con las condiciones edafoclimáticas previas y durante la época productiva.

Un caso interesante de modelo explicativo para la producción de carpóforos de Boletus edulis Bull.: Fr es el propuesto por Martínez Peña et al (2003) por su carácter innovador y su aplicación en una zona de la Comunidad de Castilla y León, concretamente en la provincia de Soria.

Se desarrolla a partir de variables climáticas y edafoclimáticas en masas ordenadas de Pinus sylvestris L. de origen natural situadas en la comarca de Pinares de Soria y los datos de producción proceden de la red de parcelas permanentes valladas de muestreo micológico de la Junta de Castilla y León que se inventariaron semanalmente durante el otoño desde 1995 al 2001.

Utilizando métodos de análisis multivariante de regresión, se comprueba que la variabilidad productiva podía explicarse en gran parte debido a la influencia de la reserva de agua en el suelo, que fue la mejor variable explicativa del inicio de la fructificación, mientras que la temperatura mínima y la precipitación condicionaron la dinámica productiva en los demás periodos considerados.

El modelo propuesto permite explicar entre el 62 y 65% de la variabilidad de la producción de esta especie.

Estimación de la producción.

Junto a la estimación de la producción, el estudio de la presión recolectora, nos permitirá conocer el grado de explotación al que se somete el recurso, así como su valoración económica, fundamental para la regulación del aprovechamiento.

Para ello, se pueden llevar a cabo inventarios de los recolectores censando los vehículos en los caminos de acceso en diferentes momentos de la época de producción fúngica y realizar encuestas por vía telefónica a los habitantes censados en la comarca y otras a pie de monte a recolectores locales y foráneos.

Los resultados obtenidos mostrarán:

  • Las especies.
  • Las cantidades aproximadas.
  • La finalidad de la recolección.
  • Los ingresos medios derivados de la misma.
  • La gestión del aprovechamiento propiamente dicho.
  • El desarrollo de un micoturismo, a través de la mejora de accesos, rutas guiadas e instalaciones y recursos complementarios, como Centros de Interpretación, que pueden suponer una actividad económica fundamental para las comarcas rurales.

De las encuestas puede derivarse una evaluación de la implicación y conocimiento de los recolectores autóctonos y foráneos en la correcta recolección y gestión y su interés en colaborar en la gestión del recurso y la implantación de medidas para la ordenación del aprovechamiento, como permisos y cupos de recogida.

Otro aspecto que es necesario conocer es el efecto de la recolección sobre el crecimiento y estabilidad poblacional de los hongos, ya que al no estar regulado en la mayoría de los lugares este aprovechamiento es posible que sus efectos, en ocasiones, puedan estar amenazando la capacidad de regeneración sexual de algunas especies. Un problema generalizado es que la presión suele concentrarse sobre un número limitado de especies que la población conoce por tradición, mientras que un elevado número de carpóforos de interés comercial quedan abandonados sin ser aprovechados.

Un estudio concreto sobre este aspecto que podemos citar se desarrolló en la zona de Almazán (Soria), (Martinez Peña et al, 2003), llegando a definir el porcentaje de producción recogida y las dimensiones mínimas de recolección a fijar para permitir la reproducción de las especies estudiadas.

Se debe asimismo recopilar información sobre los tratamiento selvícolas o químicos para el combate de plagas y enfermedades aplicados en las áreas de recolección. Deberá describirse qué tratamientos se han realizado y, en el caso de tratamiento fitosanitarios, detallar con qué materias activas, dosis y forma de aplicación, así como su posible incidencia en la producción o calidad de los hongos micorrícicos.