Biodiversidad Fúngica

LA ORDENACIÓN DE UN MONTE ARBOLADO

La Ordenación de un monte arbolado consiste en la correcta planificación de las actuaciones selvícolas, aprovechamientos directos e indirectos y cualquier actividad llevada a cabo en el monte, de modo que se asegure el continuo disfrute de sus productos y servicios y la perpetuación de los ecosistemas que lo integran. El concepto de Ordenación Forestal puede trasladarse a la gestión de un recurso natural concreto y contempla tres principios fundamentales que pueden cumplirse con mayor o menor rigidez, pero que nunca deben olvidarse:

Principios de la ordenación:
Elección y prioridad de los objetivos.
Programación de las actividades a realizar.
Control de la ejecución de las actividades propuestas.

La ordenación, como cualquier sistema organizativo, exige plantearse una serie de preguntas sobre cómo aprovechar, conservar y perpetuar el monte, cuya respuesta debe estar basada en el inventario que nos permita cuantificar el recurso y conocer su distribución en el espacio y en la selvicultura y los métodos de aprovechamiento de los recursos que nos proporcionan las herramientas más indicadas para lograr el máximo rendimiento compatible con su persistencia.

Inventario.

Las nuevas tendencias en la Ordenación de montes arbolados están relacionadas con el uso múltiple de los mismos, favoreciendo el disfrute social y recreativo demandado cada vez más por la sociedad y el cumplimiento de los principios de sostenibilidad. Esto se manifiesta, tanto en Tratados y Convenios Internacionales (Río de Janeiro, 1992; Johannesburgo, 2002), Conferencias Interministeriales Europeas (Estrasburgo, 1990; Helsinki 1993; Lisboa 1998; Viena 2003), como en los propios movimientos sociales en el medio rural y urbano.

En este contexto el aprovechamiento micológico se configura como una actividad que aúna un uso recreativo-social y la posibilidad de obtener unas rentas económicas con periodicidad anual. Si se gestiona y planifica convenientemente favorece la conservación del ecosistema y su persistencia. Además, permite integrar:

  • El binomio monte-industria (fijando empleo rural).
  • El binomio monte-comunidad que es básico para la conservación (evitar incendios).

Dada la importancia que está adquiriendo el recurso micológico, en la actualidad es preciso desarrollar líneas de investigación para conocer las especies fúngicas, su producción, ecología y aprovechamiento con el fin de garantizar una adecuada recolección y gestión de los recursos fúngicos para el beneficio, tanto ecológico como económico, de las comarcas rurales donde se localizan.

La recolección de hongos es una actividad turística y de ocio de interés creciente en toda Europa.La recolección de hongos es una actividad turística y de ocio de interés creciente en toda Europa.

La información sobre cómo gestionar el recurso micológico de forma sostenible es todavía incipiente (Pilz & Molina, 1996; Palm & Chapela, 1996; Hosford et al. 1997; Martínez et al, 2003), pero suficiente como para comenzar a integrar los hongos en la Ordenación de los montes, de forma que se garantice la persistencia y diversidad de las especies implicadas y sus hábitats, se evite la pérdida de beneficios económicos para la propiedad y se proporcione el máximo de utilidades a la sociedad.

A continuación vamos a esquematizar todos los aspectos a ordenar y los principios de esta regulación, comenzando desde el nivel de normativa legal hasta las posibles medidas de control de aprovechamientos concretos.

El aprovechamiento de los hongos está hoy muy extendido, tanto por el valor comercial que supone la recolección, como por el número creciente de visitantes que acuden a diferentes zonas atraídos por la riqueza micológica. En general, en los lugares donde se ha evaluado la recogida, una parte importante de las recolecciones se realizan con fines comerciales y la restante por interés recreativo.

Inventario.