Biodiversidad Fúngica

GASTRONOMÍA

No se puede olvidar la oferta gastronómica asociada a los hongos. Las posibilidades son múltiples y no resulta difícil, pues se trata de productos que fácilmente convierten un plato sencillo en un verdadero manjar.

El turismo que ofrecen las zonas rurales, está muy ligado a la gastronomía tradicional y muchos visitantes acuden a esos lugares movidos por la calidad de los productos o por su cocina. Es muy importante asociar los productos endógenos, como pueden ser los hongos, al lugar del que proceden. Así, se consigue el reconocimiento de un determinado lugar no sólo por su situación geográfica o su nombre, sino porque conllevan una tradición gastronómica.

La cultura gastronómica alrededor de las setas tiene también sus repercusiones tanto en el aspecto cultural como en el económico. La organización de jornadas sobre gastronomía local, concursos de recetas o degustaciones de productos típicos, pueden resultar fórmulas muy atrayentes para el público sobre todo en las épocas de recolección.

La conservación, transformación y comercialización de hongos en los lugares de recolección, permiten crear nuevos puestos de trabajo además de favorecer que el valor añadido revierta sobre la localidad. La venta de productos transformados relacionados con las setas constituye también un cartel de publicidad que servirá para dar a conocer el lugar y acrecentar el interés por sus productos.

El fomento de este tipo de actividades permitirá la dinamización del sector turístico-micológico. Es interesante dar a conocer los productos en el mercado, potenciando su valor mediante sellos de calidad, denominaciones de origen, certificación ecológica, o incluso mostrando etiquetas distintivas de los lugares que ofrecen platos elaborados a partir de estos productos. De esta forma se contribuye al establecimiento de una red de distribución para promoción de las setas y el entorno que las rodea, paisaje, cultura, arte…

Actividades potenciadotas de la micogastronomía.

  • Jornadas de gastronomía local.
  • Fiestas locales.
  • Rutas gastronómicas.
  • Etiquetas distintivas: sellos de calidad, certificación ecológica…
  • Degustación de platos tradicionales.
  • Ofertas en restaurantes y alojamientos de la zona.
  • Venta de productos locales tradicionales.
  • Organización de mercados comarcales.