Biodiversidad Fúngica

SAPRÓFITOS

Un hongo saprófito (del griego sapros = putrefacto y fyton = planta) es el que se alimenta de materia orgánica muerta o en descomposición. Son los más frecuentes en determinados ecosistemas e intervienen en la mineralización de los restos vegetales para que puedan posteriormente formar parte del humus.

Las bacterias y los hongos atacan y destruyen todo tipo de materia orgánica que procede de la naturaleza y, gracias a la intervención de los microorganismos heterótrofos, retornan a ella en el ciclo de la economía natural.

Kuehneromyces mutabilisKuehneromyces mutabilis

Si los hongos parásitos atacan a los organismos vivos causándoles más o menos perjuicio, los hongos saprófitos contribuyen a degradar las materias muertas. A veces la distinción entre hongos parásitos y saprófitos no es muy evidente. Un ejemplo es Kuehneromyces mutabilis que es un hongo saprófito muy eficaz que se transforma en parásito cuando encuentra un organismo (un tronco de árbol) débil.

Uno de los hongos más peligrosos para los bosques de coníferas y de caducifolios es Armillaria mellea que se podría considerar un saprófito de troncos. Sin embargo, es un terrible parásito: su micelio se desarrolla desde el sustrato de materias muertas en dirección a los árboles vivos y se infiltra entre el tronco y la corteza matando al árbol.

Armillaria melleaArmillaria mellea

Ciertos hongos son sapro-parásitos, pues en principio son parásitos y después saprófitos, continuado la destrucción del árbol. Es el caso de Daedalea quercina y de Gloeophyllum sepiarum, Piptoporus betulinus o el conocido Pleutorus ostreatus.

Piptoporus betulinusPiptoporus betulinus
Pleurotus ostreatusPleurotus ostreatus
Daedalea quercinaDaedalea quercina
Según sea la naturaleza de la sustancia sobre la que vive el hongo, éstos se dividen en:
  • Fimícolas o coprófilos: Viven sobre excrementos y necesitan a veces sustratos en fermetación y temperaturas elevadas para su fructificación: Coprinus, Panaeolus, Peziza, Poronia punctata...
  • Humícolas: Viven sobre restos vegetales en descomposición, humus. A este grupo pertencen la mayoría de los macromicetos saprófitos.
  • Lignícolas: Sobre madera muerta, ramas, tocones (Polyporus, Mycena, Oudemansiella, Pluteus...).
  • Terrícolas: Viven sobre tierra sin vegetación y sin humus. Son propios de taludes y bordes de caminos (Omphalina).
  • Pratícolas: Viven sobre la hierba, pero es difícil saber si son saprófitos o micorrízicos. Un ejemplo es Marasmius epidryas sobre las raíces de Dryas octopetala.
  • Folícolas: Viven sobre las hojas, desarrollando el micelio dentro de las nerviaciones y el limbo de las mismas. Ejemplo es Marasmius hedera que crece sobre las hojas de la hiedra, Marasmius epiphyllus sobre hojas de roble, Marasmius hudsonii sobre las hojas del acebo, Marasmius buxi sobre las hojas del boj.
  • Pirófilas: Viven sobre terrenos que han sido quemados (Peziza violacea, Peziza praetervisa, Anthracobia melaloma, Hebeloma anthracophilum, Pholiota highlandensis...)
  • Cortícolas: Viven sobre la corteza tanto de árboles caducifolios como de coníferas (Mycena alba, Mycena supina, Mycena meliigena o Mycena corticola, Phaeomarasmius erinaceus).

Algunos hongos saprófitos presentan un hábitat exclusivo en fragmentos pertenecientes a determinadas especies vegetales: Mycena seynesii y Baeospora myosura sobre piñas de Pinus sylvestris y/o Pinus pinaster; Rutstroemia echinophila sobre cúpulas en descomposición de castaño.

Las especies del género Onygena (Ascomycetes) se desarrollan sobre las pezuñas de caballo o los cuernos de buey o de cabra (Onygena equina), sobre las plumas de ave (Onygena corvina) o sobre los pelos de los roedores (Onygena pilifera)